viernes, 28 de noviembre de 2008

DICTAMEN DE ESCOLARIZACIÓN 3

Despues de todos los malos ratos pasados con esta revisión de dictamen y una vez remitido a Inspección Educativa, el Inspector de zona me citó para una reunión. Acudí y expuse todos mis motivos para firmar no conforme, el inspector en cuestión no había podido localizar el informe de Miguel, por lo que se tomó nota de todo lo que hablamos en un papelito. Intentó ser tranquilizador, diciendo que entendía la situación, que no me preocupara que todo se iba a solucionar, que él haría los trámites para que Miguel pasara al colegio público de la zona, éste era un colegio de nueva creación, de hecho sólo llevaba dos meses abierto. Salí más tranquila pero con un poco de recelo por todo lo acontecido. Al mes más o menos me llama por teléfono y me dice que ya está todo claro, que Miguel para el curso siguiente estará en combinada con el centro al que acudía y el específico de la zona. Yo armo en cólera y del trabajo me fui corriendo a Inspección, enfadada hablo con él le explico cómo habíamos quedado y el "buen hombre" me dice que ha perdido el papelito y que no se acordaba, pero que no me preocupe que él lo soluciona todo y dejaría a Miguel matriculado a tiempo completo en el ordinario público de la zona. En esta conversación, me doy cuenta que este hombre no se entera de nada, no recordaba nada de la reunión anterior, tuve que volver a explicarle todo, me sentía fatal, con una impotencia total, este hombre no había escuchado nada, que garantías tendría de que esta vez si lo hiciera? Al final salí de Inspección, más enfadada que cuando entré, y pensando en llamar semanalmente para que me confirmaran que todo estaba bien. Así lo hice, llamé varias veces y me decían que todo estaba en trámite y que el niño estaría al 100% en el ordinario. Cuando se cumplió el plazo para sacar las listas de los niños admitidos a los centros, fui a su nuevo colegio y allí estaba su nombre, por fin podía respirar tranquila..., o eso creía yo. A final del mes de Junio, ya estábamos los niños y yo de vacaciones, de hecho estábamos en la piscina tan tranquilitos y me llama una amiga que trabaja en el colegio de Educación Especial de mi zona, y me dice que Miguel está admitido en su colegio en combinada. En ese momento se me cae todo al suelo, otra vez. Llamó a mis padres para que se queden con los niños y casi en bikini me voy al colegio donde yo lo había matriculado, consigo localizar a la directora para hablar con ella, y le pregunto si ella sabe si el niño está matriculado en combinada, me dice que ella no tiene constancia, pero que lo mejor sería que cogiese al niño y lo llevase al específico, ¡¡Toma ya!! Mi respuesta fue que con que criterio me decía eso sin haber visto nunca a mi hijo, se calló y yo me fui pitando a Inspección. Para quien no me conozca soy una mujer bastante correcta, conciliadora y siempre intento buscar el dialogo, porque sé que es el mejor camino, sin embargo cuando llegué no pude controlarme y le grité al Inspector, ¿con que derecho me decía a mi una cosa y luego hacía otra?, le dije que Miguel no era un número que pudiera bailar de un papel a otro, delante de todos sus compañeros le dije que me pasara con su superior porque quería presentar una queja y solucionar el problema. Me acompañaron al despacho de éste que me vio muy nerviosa y decidió pasarme con otra persona con gran experiencia en Educación Especial y que llevaba los temas de escolarización. Al decirme el nombre de esta persona me tranquilicé un poco porque por referencias sabía que era una persona muy competente. Le explico todo de nuevo desde el principio y su respuesta fue alucinante: En la junta de escolarización él vio el dictamen del niño y se olvidaron de mostrarle el no conforme, así que indignado me dijo cómo debía hacer la reclamación y que de verdad estuviera tranquila que él personalmente lo solucionaría. Estaba indignado porque nos habríamos ahorrado muchos disgustos y mucho trabajo si todo se hubiera hecho conforme tocaba. Me fui mucho más tranquila, aunque bastante incrédula y esperándome más sorpresas. La primera semana de septiembre me llegó la resolución donde ponía que Miguel estaba escolarizado a tiempo completo en el ordinario.

domingo, 16 de noviembre de 2008

DICTAMEN DE ESCOLARIZACIÓN 2

En el caso de Miguel, se le hizo un primer dictamen cuando estaba en infantil, en el que aparecía que la modalidad educativa adecuada para él era la de centro ordinario. Como yo estaba iniciándome en todo el tema de papeleo y recursos, no pedí un número determinado de horas de apoyo, con lo que en el dictamen no aparecía nada. Por otra parte como el colegio conocía a Miguel y sus necesidades, le daban 5 horas de PT (Pedagogía Terapéutica, o Educación Especial, en adelante PT), pero como no había logopeda, ni aparecía en el dictamen, no recibía este servicio. Por más que me queje y escritos que presenté nunca lo conseguí mientras estuve en este centro.

Cuando Miguel estaba en el último curso de Infantil, me informaron que como era final de ciclo había que hacer una revisión de dictamen, la psicóloga me tranquilizaba diciéndome, "tranquila que sólo es un trámite", "pondremos lo que queráis vosotros", "no te preocupes". Así que como imaginaréis yo confié en ella, gran error por mi parte. Después de este tipo de mensajes quedamos en el mes de diciembre para reunirnos y mi sorpresa fue que mi opinión era un cero a la izquierda, no contaba para nada. La psicóloga decidió que Miguel debía irse a un centro de educación especial y que no había nada que hablar. Imaginaros mi sorpresa, mi indignación, mi impotencia, sé que muchos ya lo habéis pasado, esa lucha contra un muro impasible que piensa que puede decidir la vida de mi hijo sin escucharme, fue realmente un mazazo para mi. Salí de la reunión indignada y quedamos en que lo pensaríamos y nos volveríamos a reunir. Hubo varias reuniones más, comentarios en pasillos con la psicóloga, muchas vueltas a la cabeza, muchas conversaciones con Roberto, con Paloma, con la neuropediatra, con el psicólogo de la Fundación... En una de estas reuniones como quien hace un superfavor me ofrecieron la combinada, es decir seguir acudiendo a este centro unos días y otros días acudiría al centro de educación especial. Yo le decía que era un error, que Miguel debía permanecer integrado. Para empeñarme tanto en la integración tuve muchas conversaciones con personas que conocían a Miguel como ya os he comentado, además fui a ver el colegio de Educación Especial que le tocaba por zona, hablé con la directora y ella misma me decía aguántalo un poco más, para venir aquí siempre hay tiempo, visité las aulas que le podrían tocar por edad y el nivel era muy bajo, lo que trabajaban estos niños Miguel lo tenía superado, no había apenas lenguaje oral, sólo por parte de los adultos, cuando un niño está en la etapa emergente, necesita modelos adecuados y cuantos más mejor, era evidente que en ese momento Miguel debía permanecer integrado. Aún así no contenta con decidirme tan pronto, pedí permiso en mi colegio, como ya he comentado es de educación especial, para llevarlo una semana completa y tener una opinión un poco más completa. Así hicimos, avisé en su colegio de que esa semana Miguel acudiría a mi colegio para tener más claras las opciones. Miguel vino y el segundo día ya sabía cual era la clase que le habíamos asignado, se adaptó muy bien al comedor y en la clase trabajaba más o menos, pero lo más importante como iban a ser sus modelos de lenguaje de ahora en adelante, mi respuesta fue pobres, y sus modelos de juego, más pobres aún, en el aula podía funcionar eso estaba claro y los demás tiempos, recreos y comedor, estos tiempos fueron los que me decidieron a pelear por la integración. Saqué cosas muy positivas como que cambiar a Miguel de colegio, no sería un gran problema ya que al mío se adaptó rapidamente, y sobre todo saqué mi determinación a pelear por su integración. En una nueva reunión le conté mis conclusiones, que evidentemente no fueron ni escuchadas, les pedí que fueran al cole de Educación Especial donde debía ir Miguel por la zona, les pedí que fueran en horario que estuvieran los niños y vieran el trabajo que realizaban. Al final me hicieron un poco de caso y fueron, pero en horario extraescolar y hablaron con la directora con lo que no vieron lo realmente importante. Después de toda esta película, que os aseguro fue tremenda, hicimos la reunión donde debían leernos el dictamen definitivo. En él se pedía la modalidad de combinada, yo pedí que a esta reunión asistieran la maestra y la PT de Miguel, que eran quienes realmente conocían al niño. Al acabar la lectura, tanto Roberto como yo dijimos que no estábamos conformes y que no pensábamos firmarlo. La psicóloga perdió los estribos, nos habló fatal, en ese momento empezó a decir lo problemático que era el niño, que en el comedor no podían más, y una serie de cuestiones que nos quedamos flipados. En cuatro años nadie se había quejado y de repente todo era malo. Roberto muy paciente le dijo, no te enfades con nosotros hacemos lo que consideramos mejor para nuestro hijo, ella casi gritando decía ¡¡yo no me enfado!! ahora casi me parece cómico. Al final no firmamos y ella me pidió una justificación escrita. Fue una reunión horrible, de lo más tensa, a pesar de que la maestra y la tutora sin posicionarse a mi favor, porque no podían, si defendieron todo lo que Miguel aportó al aula y al colegio.
A la semana siguiente hicimos la reunión definitiva, en esta ocasión estuvimos el director del centro, la psicóloga y yo. Nada más empezar el director me pidió disculpas por la última reunión y me confirmó que Miguel no había dado ningún problema diferente al del resto de niños en el comedor. Me confirmó que pensaban que esa opción era mejor para Miguel y que entendía nuestra postura, por supuesto la psicóloga no abrió la boca. Hicimos el trámite, yo firmé el dictamen poniendo NO CONFORME y adjuntando un escrito. En este escrito mostraba los apoyos de la neuropediatra y de los psicólogos que trabajaban con Miguel. La historia no acaba aquí en la próxima entrada os contaré la segunda parte.

DICTAMEN DE ESCOLARIZACIÓN 1

El Dictamen de Escolarización es un documento que se realiza en España cuando un niño tiene Necesidades Educativas Especiales. En este documento aparece la modalidad educativa, es decir si el niño recibirá la educación en un centro Ordinario, en un centro de Educación Especial o si deberá acudir a ambos a la vez de manera alternada, esta modalidad se llama combinada.
El Dictamen lo debe elaborar un equipo psicopedagógico perteneciente a la administración, normalmente dependiente de la Consellería (Junta, Xunta, Consejería...) de Educación. Estos equipos psicopedagógicos reciben nombres diferentes depeniendo de la comunidad en la que se encuentren. En Valencia se llaman SPE, Servicio Psicopedagógico Escolar.
El dictamen de Escolarización además de para determinar la modalidad educativa que seguirá el niño, sirve para establecer si necesita algún tipo de apoyo y cuales serán. Apoyos como Adaptaciones Curriculares, Logopedia, Fisioterapia, Pedagogía Terapéutica (Maestra de educación Especial en adelante PT), si necesita educador,...
Como veis es un documento valiosísimo en el que se va a decidir el futuro del niño. Es muy importante tener claro que va a ser lo mejor para él y entre profesionales y padres hallar la mejor opción para su escolaridad.
Para más información sobre el Dictamen de Escolarización podeis consultar aquí.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Último curso de Educación Infantil

En el curso 04-05 Miguel hacía tercero de infantil, el último curso de esta etapa. Las condiciones seguían siendo las mismas, la tutora, la PT, sus compañeros, el entorno... úna vez más esta estabilidad beneficiaba a Miguel. De este curso los recuerdos que tengo no son tan buenos, ya que fue el curso donde se le pidió una revisión de dictamen y las cosas fueron muy diferentes a cómo yo las esperaba. Pero algún recuerdo bueno si que tengo, cómo cuando Miguel llegó a casa sabiéndose el abecedario, lo repetía en la bañera mientras lo enjabonaba, y la verdad me sorprendió. Al día siguiente lo comenté con la maestra y me dijo, no puede ser, sólo lo hemos dicho un par de veces y ningún niño se lo sabe. Le insistí en que era cierto y al día siguiente me dijo que era verdad y que era el único de la clase que se lo sabía. La explicación es fácil, cualquier niño para memorizar se apoya en la semántica, es decir en el significado, de ese modo le da un sentido y les resulta más fácil recordar. Cómo la comprensión de Miguel en esa época era muy pobre, él memorizaba sin entender, sólo con el ritmo era suficiente, por lo que saberse el abecedario no le supuso gran dificultad. Evidentemente este aprendizaje era memorístico, a nivel cognitivo no le servía para nada ya que no conocía las letras, sin embargo a nivel social si le sirvió, los demás niños valoraron que él se lo supiera, y eso favorecía la imagen positiva que tenían de él. A mitad curso más o menos, en una reunión con Paloma decidimos que era el momento de trabajar la lecto-escritura y para ello Miguel necesitaba más trabajo individual. Para poder hacerlo decidimos que Paloma acudiera al cole sólo un día a la semana y el otro acudiera a casa. Miguel hizo grandes progresos con Paloma, en poco tiempo conocía todas las letras en mayúscula, además se interesaba y por la calle se fijaba en las matrículas, en los carteles... y las iba diciendo.
Siguiendo con el cole, fue un curso un poco triste, ya que empezamos en diciembre con la revisión de dictamen y nos llevó todo el curso. Al final se decidió que Miguel dejaría el cole, con gran decepción por nuestra parte, ya que valorábamos mucho todo lo que había avanzado, sin embargo para algunos no fue suficiente. Cómo despedida escribí un cuento sobre la historia de Miguel en el cole, en el que aparecían sus compañeros y algunas anecdotas, pensé que lo mejor era dejarles algo que siempre que lo miraran les recordara aquellos años de su vida que compartieron con Miguel. Aún hoy hay mamás que me dicen que sus hijos lo releen de vez en cuando y que les encanta. Miguel salió del cole con la cabeza bien alta, les había dado mucho a compañeros y profesionales, lástima que algunos sean tan cerrados que sólo ven lo que Miguel no puede, en lugar de ver todo lo que él aporta y de respetar la diferencia.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Las almohadas

Cuando Miguel tenía dos añitos, empezó a mostrar gran interés por las almohadas. Como ya he comentado una de las pistas que nos llevaron a sospechar que algo no iba bien, fue que a Miguel le encantaba quedarse tumbado en la cama por periodos largos de tiempo, sin dormirse. Después de haber hecho una buena siesta, se levantaba merendaba y se volvía a la cama. Este interés por tumbarse en la cama a mi no me gustaba nada y aunque el pediatra insistía en que estaría cansado, yo no le dejaba hacerlo. No sé si sería por este motivo o por cualquier otro, pero la cuestión es que empezó a mostrar un interés excesivo por las almohadas, iba a la habitación cogía la almohada de su cama y venía a donde estuviesemos los demás y se tumbaba en el suelo con su almohada. Al principio no le dimos importancia, sólo pensamos "menudo comodón está hecho Miguelito!" Pero la cosa como podéis suponer fue a más, ya no era su almohada, era cualquiera. Si íbamos a casa de los abuelos, él iba a la habitación, sacaba una almohada y se ponía con todos en el comedor, poco a poco lo fue haciendo extensivo a cualquier casa que fueramos. Da igual que no conociese, enseguida encontraba las habitaciones con las camas y cogía la almohada. Decidimos que esta conducta había que cambiarla, así que empezamos a cada vez que cogía la almohada, le decíamos No y la devolvíamos a la habitación. Fue dificil, porque lo que parecía una tontería de un niño comodón, estaba convirtiéndose en una obsesión. No me gustaba ir a casa de nadie con quien no tenía mucha confianza porque sabía que Miguel, lo haría y al quitársela habría rabieta segura. Recuerdo que en casa de mis padres llegamos a la situación de cada vez que íbamos mi madre antes de entrar, debía esconder las almohadas en armarios para que no las viera. Además fue dificil, porque a todo el mundo le hacía gracia, en las comidas familiares se comentaba, "este Miguel es único, mira que le gustan las almohadas" pero claro era tan chiquitín y tan bomboncete, que no nos dimos cuenta de su obsesión hasta que estuvo bien adquirida. La verdad que costó, tuvo muchas rabietas por este tema, pero la constancia y el tesón pudo más que la obsesión. A veces a corto plazo no ves el momento en que algunas conductas cambien, pero Miguel me demuestra con su historia de vida que necesita de la constancia para poder aprender las cosas y que al final todo el trbajo lleva a un buen rumbo.

sábado, 1 de noviembre de 2008

2º curso de Educación Infantil

Era el inicio del nuevo curso, no hubo cambios lo cual benefició a Miguel enormemente. Seguía la misma maestra, la misma PT, los mismos niños, y Paloma que acudiría 2 días a la semana. Tanto la PT como la maestra mostraron gran interés, leyendo libros y artículos sobre el tema, incluso acudiendo a cursos y conferencias, ese interés se lo agradecí enormemente. Durante este curso Miguel fue evolucionando mucho, su comprensión iba mejorando y su expresión también, ya decía algunas palabras con la función de demanda, también hacía aproximaciones fonéticas sobre el modelo de los adultos, su interés por el lenguaje iba creciendo progresivamente. Miguel no mostraba interés por los demás niños de la clase, al contrario que sus compañeros, que si les gustaba llevarlo de la mano o jugar con él. En esta edad los niños son muy paternales, y todos intentaban cuidar a Miguel. Tuvo graves problemas para hacer la fila en el patio, eso de estar parado encima de una linea no tenía sentido para él, pero sus compañeros lo cogían de la mano para que no se escapase. Entendieron enseguida que Miguel repetía las palabras y aprendieron a darle sentido, cuando lo saludaban o despedían, le decían hola Miguel, y después repetían hola Pepito, para que al repetirlo Miguel, estuviera bien dicho. Les gustaba decirle cosas que él entendía como "Miguel besito" y Miguel les daba un besito. Nunca sentí que se burlarán ni que se aprovecharan de él, simplemente entendían que él era diferente y así lo asumían. Estoy segura de que en esto tuvo mucho que ver la tutora, que contaba con Miguel como uno más, que mostraba ante el resto de niños siempre una imagen positiva y de respeto. El hecho de que Paloma les enseñara a jugar con Miguel, les contara como entendía las cosas y les dijera que cosas podían hacer con él, también influyó positivamente en ellos. En ese curso se le hizo un dictamen de escolaridad con la modalidad educativa de integración en aula ordinaria. El jefe de estudios del colegio se implicó muchísimo, tenía muy buen feeling con Miguel, era una persona con una voz bastante grave y pensaba que este hecho llamaba la atención de Miguel. Cada vez que pasaba cerca Miguel le daba la mano para irse con él, y claro se lo llevaba encantado. La verdad que Miguel era muy querido en el colegio, muchas mañanas al entrar, le saludaba mucha gente, profesores que yo no conocía, alumnos mayores y pequeños, mamás que yo no conocía... incluso el barrendero que limpiaba los alrededores del cole, ya que llevaba un carrito que a Miguel le encantaba y siempre que lo veía corría al otro lado de la valla siguiendo su recorrido, este hombre que era muy amable siempre le saludaba, tenía en Miguel a su mejor fan!! Durante este curso la PT lo cogía todas las tardes a primera hora, Miguel que siempre se ha quedado al comedor, pilló enseguida la rutina, y aunque la maestra tendía a ir a recogerlo de la clase, Miguel se escapaba y la esperaba en la puerta donde hacían el refuerzo.
Durante este curso Miguel empezó con la conducta de quitarse los zapatos, en cualquier lugar y en cualquier momento, hablé con todo el equipo y les pedí que no lo consintieran, que inmediatamente que él se los quitara alguien se los pusiera y le dijera NO, fue pesado porque parecía que no servía de nada, pero al cabo de unos meses lo comprendió y ya no volvió a hacerlo. Tengo buen recuerdo de aquel curso, Miguel aprendió muchas cosas y además creo que era bastante feliz.

Empieza Educación Infantil

Al curso siguiente Miguel empezó primero de infantil, con una maestra nueva y casi todos sus compañeros de el año anterior. Su maestra ya conocía a Miguel y sabía de sus dificulatades. El inicio fue dificil, sobre todo para ella, ya que Miguel no obedecía apenas, su comprensión del lenguaje era muy limitada y no entendía las órdenes. Ella tuvo que tomar algunas medidas como cerrar la puerta de clase con llave los primeros días, Miguel sólo quería ir al patio a jugar y cuando quería se iba. Con esta medida aprendió a que no se podía salir, después de un tiempo esta medida ya no fue necesaria. La maestra se tomó bastante interés, pero se sentía agobiada porque apenas podía trabajar con él, me explicaba que trabajaba con todos los nenes, les daba la ficha y mientras éstos la iban haciendo ella tenía un poco de tiempo para trabajar con Miguel. Aún así me decía que era muy poco tiempo y que le sabía fatal. Yo siempre intentaba tranquilizarla, ya que de momento mi intención era que Miguel permaneciese integrado, por lo que los demás niños le pudiesen aportar. Ella usó las estrategias que pudo para mantenerlo sentado, se dió cuenta de que Miguel se fijaba en un cuento gigante que tenían en clase de Mickey Mouse, así que al entrar a clase se lo ponía en su sitio para que permaneciera sentado mientras organizaba la llegada a clase. En enero de ese curso por fín nos dieron el diagnóstico de Miguel, la primera medida que tomamos fue ponernos en contacto con diferentes profesionales expertos en autismo para trabajar con Miguel. Entre todos ellos escogimos a Paloma de la que ya os he hablado. Además nos hicimos socios de una asociación de autismo y pedimos que fueran al cole a orientar un poco a la maestra. Pero la mejor ayuda que le dimos fue conseguir que Paloma pudiera entrar en la clase de Miguel dos días a la semana, ella organizó todos los entornos traduciendo todo a imágenes consiguiendo que Miguel pudiera comprender un poco mejor las cosas. Le hizo horarios estructurando el tiempo de Miguel, enseñándole a anticipar que iba a ocurrir, le dió pautas a la maestra, le mostraba cómo podía trabajar con él, como debía mostrarle la información, cómo reforzarle, además enseñó a los niños cómo podían jugar con Miguel. Siempre he pensado que la entrada de Paloma en el aula de Miguel fue vital para mantener su integración, ya que enseñó a todos que Miguel podía hacer muchas cosas. Además sacaba a ratitos a Miguel del aula para hacer trabajo individual, le redujo los tiempos de patios aprovechando este tiempo también para trabajar. Por otra parte Miguel contaba con el recurso de la PT del cole que lo cogía 5 horas a la semana para trabajo individual. Tanto la maestra como la PT siempre me dijeron que Paloma les ayudó a entender más a Miguel y qué debían trabajar con él. Paso el curso y Miguel cogió el verano con muchas ganas, las vacaciones siempre le han encantado.